Con el apoyo interno de, por ejemplo, la alta dirección y el apoyo externo de, por ejemplo, la política, las PYMES no solo podrán contribuir a la sociedad y el medio ambiente, sino que también se beneficiarán de una imagen mejorada, reducción de costes, crecimiento empresarial y mayor productividad.

¿Cómo son las microempresas especialmente aptas para adaptarse a las prácticas comerciales circulares?

Las pequeñas y medianas empresas (PYMES) son cada vez más conscientes de los beneficios de cerrar bucles y mejorar la eficiencia de los recursos, como el ahorro en costos de materiales, la creación de ventajas competitivas y el acceso a nuevos mercados ( Rizos et al., 2016 ). Entre los facilitadores que mencionaron las PYMES, estos son los más importantes: cultura ambiental de la empresa, trabajo en red, apoyo de la red de demanda, modelos de negocio económicamente atractivos, reconocimiento externo (es decir, premios y distinciones), conocimiento personal de los individuos dentro de la empresa y apoyo gubernamental ( Rizos et al., 2016). La implementación exitosa de la economía circular dependerá de una serie de factores: los factores externos incluyen las políticas públicas, las condiciones del mercado, el desarrollo tecnológico y las partes interesadas, mientras que los factores internos son los recursos, las capacidades y las competencias de la empresa ( Prieto-Sandoval et al., 2018). ).

Si las pymes pueden hacer uso de estos habilitadores, surgen varios beneficios y oportunidades para ellas, por ejemplo, mayor imagen, reducción de costos, crecimiento empresarial, mayor productividad, recuperación del medio ambiente a través de la reducción de emisiones de CO2 y mayor sostenibilidad (Prieto-Sandoval et al., 2018). Existen estrategias en varios campos de acciones (tomar, fabricar, distribuir, usar y recuperar) de la economía circular en las que las pymes pueden participar ( Prieto-Sandoval et al., 2018; Dey et al., 2020 ). Las actividades que suelen realizar las pymes en la UE son la minimización de residuos, la replanificación del uso de la energía, el rediseño de productos y servicios, el uso de energías renovables y el uso del agua ( Katz-Gerro y Sintas, 2018 ).