Existen varios obstáculos en la forma de implementar con éxito las prácticas de la economía circular, que pueden agruparse en barreras culturales, tecnológicas, regulatorias y de mercado. Superarlos requiere un cambio de paradigma fundamental, que puede iniciarse mediante campañas de concienciación e incentivos y regulaciones políticas.
¿Cuáles son los desafíos que pueden obstaculizar una transformación hacia la circularidad?
Los posibles obstáculos para avanzar hacia una mayor circularidad pueden incluir: falta de apoyo por parte de la alta dirección / propietario, barreras financieras, falta de apoyo gubernamental y legislación eficaz, falta de información (es decir, falta de conocimiento sobre el concepto general de economía circular y sus beneficios) , las cargas administrativas, la falta de habilidades técnicas y la falta de apoyo de la red de oferta y demanda ( Rizos et al., 2015 ; Rizos et al., 2016 ; Kirchherr et al., 2018 ). Los tres principales desafíos son la falta de una red de oferta y demanda de apoyo, la falta de capital y la falta de apoyo del gobierno ( Rizos et al., 2016). Además, las empresas más proactivas (empresas en proceso) en la implementación de medidas de economía circular se encuentran con barreras comunes como procesos administrativos, regulaciones y la falta de recursos humanos para realizar estas prácticas, mientras que las empresas que no han implementado medidas de economía circular (no empresas emergentes) ven las barreras de financiamiento, inversión y costo-beneficio como las más significativas ( Garcés-Ayerbe et al., 2019 ).
¿Cómo se pueden superar estas barreras?
En general, es necesario aumentar el conocimiento sobre el tema y las oportunidades del modelo de negocio ecológico, lo que debe ser facilitado por las políticas europeas y nacionales. Esto podría ayudar a influir en las preferencias de los consumidores, las cadenas de valor del mercado y la cultura empresarial. Más específicamente, esto se puede lograr mediante la creación de mercados y comunidades de práctica dedicados ( Rizos et al., 2015 ; 2016 ).
En un nivel más fundamental, la cultura medioambiental de la empresa (es decir, la cultura de la empresa, la mentalidad del director o CEO), redes (es decir, unirse a pymes de ideas afines y participar en membresías), y apoyo de la red demandada en la búsqueda por apoyo a productos ecológicos, destacan como habilitadores (Rizos et al., 2016). Se requiere un cambio de paradigma que provoque el apetito de las pymes para pensar e implementar los beneficios y medidas de la economía circular (Thorley et al., 2019). A nivel político, se deben mejorar las regulaciones de la economía circular para facilitar a las empresas la implementación de estrategias que las hagan más sostenibles (Garcés-Ayerbe et al., 2019; Thorley et al., 2019). Las empresas que no han implementado medidas de EC consideran que las barreras de financiamiento, inversión y costo-beneficio son las más importantes. En otras palabras, las empresas parecen creer que factores económicos les han impedido profundizar en el tema. Esto podría abordarse mediante mecanismos de financiación, ya que el inicio de actividades de economía circular está relacionado con la inversión en investigación y desarrollo (I + D). Estos mecanismos de financiamiento podrían alinearse con las siguientes tres etapas, que la mayoría de las PyMEs siguen como un avance gradual:
(1) comenzando por implementar medidas de reciclaje y reutilización de materiales
(2) implementando medidas para minimizar el consumo de energía y rediseñar los productos
(3) repensar su consumo de agua y recurrir a energías renovables (Garcés-Ayerbe et al., 2019 ). Sin embargo, no existe un enfoque único para todos, por lo que las políticas deben considerar diferentes sectores y tamaños de empresas ( Trianni y Cagno, 2012 ).